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Qué es el veganismo

Un movimiento por los derechos animales

El veganismo es el movimiento por la defensa de los derechos de los animales. Cuando se habla de derechos de los animales, hablamos de derechos muy básicos, como el derecho a no ser asesinado, torturado y convertido en alimento, divertimento, vestido o cualquier otro tipo de explotación que degrade la vida de los animales no humanos. El veganismo nace desde la empatía, es decir, desde la capacidad de ponernos en el lugar del «otro», y poder así conectar con ese «otro», de sentir de alguna forma sus emociones: su dolor, su miedo, su angustia…que son las emociones que más frecuentemente se pueden observar en los animales que son explotados.

Qué no es el veganismo

Para definir algo, a veces ayuda definir qué no es. El veganismo no es una moda. Puede que esté de moda, pero no es una moda. No es algo pasajero, coyuntural o «trendy». No es algo que va y viene. Porque cuando hablamos de veganismo, hablamos fundamentalmente de ética y de valores. No es que los valores sean inmutables y eternos, pero desde luego forman parte de algo mucho más profundo y trascendental que cualquier cosa que pueda identificarse como «moda».

  • El veganismo no es una dieta. El habitual y casi lógico confundirlo con una dieta, porque la alimentación es un tema central en el veganismo. Pero definir el veganismo como una dieta es simplista y reduccionista: de alguna forma, lo convierte en algo pasajero y naif. Es muy habitual hablar de «dieta vegana», y no está mal, siempre y cuando tengamos en cuenta que la «dieta» es sólamente una parte de la filosofía vegana.
  • El veganismo no es un sacrificio ni una renuncia. Sí, puede parecer que ser vegan supone un montón dre renuncias y sacrificios. Pero lo cierto es que ser vegano es la cosa más fácil del mundo. Cada vez existen más opciones vegetales, muchas de ellas imitaciones a la carne y al pescado, sustitutos cuyo sabor y textura hacen que dar el paso sea mucho más sencillo. Pero es que incluso antes de que aparecieran todas estas opciones, hacerse vegan era realmente fácil. Una vez te vas metiendo, entiendes que no sólo se puede vivir sin comer animales, sino que además  descubres un mundo nuevo de sabores, de texturas, de combinaciones. Descubres que existen cosas que no sabías que existían, como la soja texturizada, el amaranto, la proteína de guisantes o la leche condensada vegana. Y lo flipas mucho.
  • El veganismo no es (necesariamente) sinónimo de estar más sano. Es cierto que al dejar de comer animales, estás evitando muchos factores potencialmente tóxicos, como los antibióticos que les inyectan, las hormonas de crecimiento que les hinchan artificialmente para que sean más rentables, o los no pocos patógenos que surgen en las situaciones de hacinamiento en que viven los animales llamados «de granja». Pero lo cierto es que a pesar de estos factores, si una se empeña mucho, ser vegan puede ser casi igual de poco saludable que comer animales. No es lo más habitual ni mucho menos, pero si uno se pasa la vida comiendo alimentos procesados, sin comer fruta ni verdura, etc…pues sí, se puede conseguir alimentarse igual de mal que sin ser vegan.

Corrientes y tendencias dentro del veganismo

El veganismo es un movimiento en auge. Y como tal, cada vez más gente se suma y el movimiento se hace más diverso. Veamos algunos de los conceptos, corrientes y tendencias más comunes dentro del movimiento, y tengamos en cuenta que no son necesariamente (al menos no en todos los casos) cajas estancas ni categorías absolutas. Pero con todo, merece la pena hacer una aproximación general al asunto.

  • Intereseccionalistas. Se trata probablemente de la corriente preponderante dentro del movimiento, y con una mayor proyección. Resumiendo mucho, es la corriente que concibe la lucha por la liberación animal como una más (quizá la más trascendente) dentro de una serie de luchas por un mundo más justo: el feminismo, el anti-racismo, el anti-fascismo, etc.
  • Abolicionistas. Liderados por el experto en Derecho y Filosofía Gary Francione, la propuesta fundamental de los abolicionistas es el rechazo de lo que han dado en llamar «bienestarismo». Es decir, rechazan los pasos intermedios, las «pequeñas victorias» que no supongan o que no estén encanimadas a la abolición total de la explotación animal. Se trata de una corriente relativamente minoritaria, pero defienden sus postulados con intensidad.
  • Bienestaristas. Se trata en general de un término usado despectivamente y como contraposición a la corriente abolicionista. Defienden la necesidad y eficacia de ganar esas «pequeñas batallas» que supongan mejores condiciones de vida y un menor sufrimiento de los animales. No porque consideren que ganar esas batallas suponga una victoria definitiva, sino porque es las consideran como la única manera de luchar contra patrones tan arraigados en la cultura humana, como lo son comer animales o vestirse con sus pieles.
  • Eco-veganismo. Esta corriente pone el foco en el enorme coste medioambiental que supone criar animales para consumo humano. Rechazan la explotación animal como un principio de ecologismo, pero no necesariamente defienden una aproximación ética a la relación humanos-animales.

El veganismo es futuro

El veganismo es más presente de lo que ha sido nunca. Pero sobre todo, el veganismo es futuro. En realidad, los motivos para hacerse vegan son un poco lo de menos: puede ser por empatía, por salud o por ecologismo, o por una combinación. A los animales no les importa. Lo que realmente importa es que dejemos de utilizarles, cuando es más que evidente que no es necesario, que es perjudicial para la salud y que genera un impacto tremendamente negativo sobre el planeta. Cada vez más gente deja de utilizar a los animales por unos u otros motivos. Quien escribe esto entró en el veganismo exclusivamente por empatía. Pero bienvenidas y bienvenidos a quienes deciden dar el paso. Los animales os lo agradecen en cualquier caso.

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